DÍA 7 DE CAMPAMENTO (6 DE JULIO)

Despedidas, abrazos y recuerdos: el campamento llega a su fin con emoción y gratitud.

El último día del campamento ha estado lleno de sentimientos encontrados: la alegría de todo lo vivido y la tristeza por tener que decir adiós… al menos hasta el año que viene.

Tras el desayuno, los participantes se reunieron por última vez con los monitores de Andévalo, quienes se despidieron con cariño y palabras llenas de afecto. Como es tradición, se firmaron camisetas entre compañeros, un gesto simbólico para conservar un trocito de esta experiencia en forma de recuerdos escritos.

Poco después, con la llegada de los autobuses, llegó el momento de cargar las maletas, hacerse una gran foto de grupo y compartir los últimos abrazos. Entre risas, lágrimas y promesas de volver a verse, cada participante partió hacia casa con una mochila llena de emociones, aprendizajes y amistades nuevas.

Una semana que deja huella, marcada por la ciencia, la convivencia, el descubrimiento, la risa y también los momentos de superación.

En esta jornada de cierre, hablamos con Guillermo Cruz Sala, de 17 años, quien nos regaló estas palabras:

¿Qué es lo que más te está gustando del campamento?
“He disfrutado de todo el campamento, no podría elegir.”

Resalta dos cosas que hayas aprendido nuevas desde que estás aquí.
“A hacer una mano robótica y sobre las constelaciones.”

¿Cuál ha sido tu comida favorita hasta el momento?
“El arroz con salchichas y tomate.”

¿Has conocido a alguien nuevo en este campamento?
“A los monitores de ciencias Nacho y Sergio.”

¿Es la primera vez que vienes a un campamento de la ONCE?
“No, ya llevo muchos... y este es el último.”

Las palabras de Guillermo resumen el espíritu de este campamento: una etapa que se cierra, pero que deja una marca imborrable. A quienes han vivido esta semana, ¡gracias por hacerla tan especial!

¡Nos vemos el año que viene!