SÉPTIMO DÍA
Lo que une la ONCE... no lo separa nada
Ahora sí… la aventura científica llega a su fin.
Después de una semana llena de aprendizajes, emociones y momentos compartidos, esta mañana nos hemos despedido como merecía: con una preciosa dinámica de grupo en la que, a través de un ovillo de lana, hemos tejido literalmente los lazos que nos unen.
Cada palabra, cada gesto, cada "gracias" y "te voy a echar de menos" ha sido un nudo más en esa red invisible que ahora nos conecta para siempre.
Hoy no nos vamos solo con nuevos conocimientos sobre biología, geología, astronomía o física... Nos llevamos algo mucho más profundo: amistades sinceras, recuerdos inolvidables y la certeza de que cuando compartimos desde el corazón, algo cambia dentro de nosotras para siempre.
Ha sido una experiencia increíble. Nos hemos atrevido con nuevos retos, hemos reído a carcajadas, y también hemos aprendido a cuidar del grupo, a colaborar, a ser más pacientes y valientes.
Gracias por acompañarnos desde casa. Gracias por confiar.
Nos despedimos con la mochila llena de momentos mágicos y la mirada puesta en el futuro.
Porque si algo hemos aprendido estos días es que la ciencia une, pero la amistad transforma.
¡Hasta la próxima, campistas!
El año que viene… ¡más, mejor y siempre juntos/as!
Y sobre todo, gracias por permitir que, una vez más, la ciencia, la inclusión y la amistad se den la mano.